lunes, 12 de septiembre de 2011

Tu vida ya no es el presente


Tras una etapa a la sombra de tu propia persona te das cuenta de que todos esos oscuros pensamientos que inundad tu mente y emponzoñan la voluntad no son más que handicaps creados por ti, el vano intento de hacerte sentir mejor con el presente y darle algún motivo para que sea congruente con tu persona.
Decirte que ahora mismo no puedes tomar las riendas de tu propia vida porque tu corazón, que es el que te permite vivir, ya no es tuyo. Craso error pensar en ese individuo del que nunca te vas a separar de ese modo, pensar a sí de ti mismo, mirarte a los ojos y ver sombras y penurias con un ceño fruncido y una conciencia que no emana más que malas sensaciones, auras de tormento y con ademan pesado tomas una foto de aquella "buena época". No hay cambio aparente entre esa foto y la persona que está frente a ese vidrio ahogándose en sus propios desperdicios mentales.
Quizás el pelo más largo, o diferente atuendo, mas no hay gran cosa a parte de eso. Y a pesar de todo no hay color entre lo que ves y veías.
En la mente, en el subconsciente es donde el cambio más rotundo se ha dado. Ese chico seguro se sí mismo no es más que un despojo en el presente, y no tiene más que pensar con esperanza de hallar serenamiento en ese futuro que cree mejor.
El error no es pensar en que tu futuro sera mejor, el error es no pensar que tu presente ya lo es, el error es no disfrutar de lo que te brinda el presente, el instante tu vida. Porque al fin y al cabo por mucho pasado que tengamos a nuestras espaldas cargado y mucho futuro que cargar, la vida transcurre en el presente, nuestro presente.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Apareciste en mi vida sin yo saberlo, al llegar a casa y verte llorar en tu casita, rodeado de un mundo totalmente extraño para ti.

Me enseñaste a ser fuerte siendo tú tan pequeño y desvalido, con tus ojos tristes me has mostrado otra cara de mi mismo.

Al llegar al sitio que yo llamo hogar, estas esperandome y me saludas entre mil gestos y risas, te emocionas cuando te llamo, y lloras desconsoladamente cuando me marcho.

Es increible todo lo que me has dado en este corto tiempo que llevamos juntos, eres como un hijo peludito, al que enseñar las cosas mas sencillas se convierten en una odisea de juegos y diversión.