lunes, 22 de octubre de 2012

Felurian

Me rozó la palma de la mano con los labios y me la soltó. Entonces se quedó quieta, observándome atentamente.

Me sentí halagado. Hasta hoy solo conozco una respuesta a una pregunta formulada con tanta educación. Me incliné para besarla. Y riendo, ella me tomó entre sus brazos...

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