jueves, 20 de septiembre de 2012

El último Anden

Deja de mirar los que ya partieron...


Olvida toda esa incertidumbre que te lleva a ninguna parte, te trae a donde nunca fuiste y te devuelve de donde nunca te has movido.

Si las respuestas a las cuestiones sobre esa persona no las encuentras en tí, ¿por qué no le preguntas a ella misma?.

Dile lo que quieres, lo que deseas, lo que esperas, lo que añoras, lo que sueñas y luego... Acepta las respuestas. Sonríe sean cuales sean las palabras que escuches. Piensa que, en el peor de los casos, sólo habrás vivido una experiencia que te servirá mañana. Y esto es señal de que estás vivo, de que sientes. Lamenta a los muertos, a esos que ya no son capaces de sentir. Y no hablo solamente de aquellos que están bajo tierra.

Deja de buscar trenes que no van a ninguna parte. El tuyo está ahí delante. Que no te importe el destino, que lo importante es el trayecto. Corre, se va... Y es probable que no vuelva.


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