Me senté en mi habitación y me puse a barajar ideas amargas mientras la última luz del día desaparecía del cielo. Miré las herramientas que habia reunido y supe que en lo más hondo de mí que a veces una situación se complica tanto que las palabras no sirven para nada. ¿Qué nos queda cuando nos fallan las palabras?
No hay comentarios:
Publicar un comentario